Una empresa de transporte, llamémosla Transportes El-subcontrata, anuncia una carga que no puede hacer con sus camiones, por ejemplo en Teleroute, para cargar mercancía desde Milano hasta Madrid.
Como es verano, no tiene mucha demanda la carga, pero de repente, un transportista, llamémosle Transportes Mafia, le llama, y después de una pequeña negociación se pone de acuerdo con él, para la realización del porte.
Transportes Mafia, le suministra una matrícula de remolque, un nombre de chofer y número de teléfono móvil, además, le solicita que le mande la orden por correo y a tal fin, le facilita la dirección del mismo y sus datos de empresa.
El día acordado, el camión se presenta a cargar, bien!, incluso el operador de transportes el-subcontrata, llama al chofer, diciéndole este último que está en tránsito y que todo va bien.
Al día siguiente, para la descarga, el chofer ya no contesta al teléfono, el cliente necesita información, pero desgraciadamente ya nada más se vuelve a saber.
Transportes El-subcontrata, como es normal, se asusta y mucho, su cliente le presiona y no puede contactar con Transportes Mafia en el teléfono que le facilitó, busca en la bolsa de cargas, y llama al teléfono que allí figura, pero… sorpresa, le dicen que ellos no les han contratado ningún camión, ¡uy! ¿Qué ha pasado?
Pues ha pasado, algo que por desgracia, es más habitual de lo que debería. A transportes Mafia le han suplantado la personalidad, y ha transportes el-subcontrata le han robado toda la mercancía, y además han tenido tiempo incluso, de tranquilamente venderla.
¿Qué errores ha cometido transportes el-subcontrata?, muchos, como por ejemplo, no controlar los documentos de transporte y la identidad de las personas, no tomar las oportunas medidas de control siendo que le llaman desde un número de móvil, no confirmar la sede del transportista, y no sospechar de la insistencia por parte del suplantador del valor de la mercancía.
¿Qué consecuencias le va a traer su actuación a transportes el-subcontrata? Pues muy probablemente tenga que abonar el valor integro de la mercancía, ya que probablemente su aseguradora no responderá.
En definitiva, ¡¡un gran desastre!!
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