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Recientemente el Real Automóvil Club de Cataluña ( RACC), ha lanzado una masiva campaña publicitaria en los principales periódicos nacionales y regionales, instando al Gobierno a “la prohibición inmediata” de la circulación de camiones por la N-340 a su paso por la provincia de Tarragona, “a fin de poner freno a la muerte continuada de personas” en dicha vía, poniéndose “a disposición de los municipios afectados para impulsar la solución a esta pesadilla que están sufriendo”, según se recoge expresamente en los anuncios publicitarios promovidos por el RACC.

Desde la Federación Nacional de Asociaciones de Transporte de España (Fenadismer), organización que agrupa a 32.000 pequeñas y medianas empresas de transporte por carretera, no ha sentado nada bien esta campaña publicitaria acusándoles de criminalizar a los transportistas y de confundir a la opinión pública al situar al colectivo de transportistas como responsables principales de la siniestralidad en las carreteras.

Así en los anuncios publicados se afirma que desviar a los camiones desde las carretera convencional a la autopista “permitiría reducir los accidentes de tráfico prácticamente a cero”, lo que es absolutamente incierto según Fenadismer, ya que en la propia autopista también se genera siniestralidad vial: así en el período 2010-2012 se produjeron 15 fallecidos en la autopista AP 7 a su paso por la provincia de Tarragona, en concreto sólo 10 menos que los acaecidos en la N-340.

Tampoco es cierto que una mayor intensidad de camiones en las carreteras convencionales implique necesariamente una mayor siniestralidad. Así frente a la afirmación de que en el recorrido de la N-340 por la provincia de Tarragona circulan “ un 30% de camiones” lo que implica según el RACC que “la excesiva saturación de tráfico pone en riesgo la vida de las personas que circulan por ellas”, basta compararla con la misma carretera a su paso por la provincia de Castellón, en la que intensidad de circulación de los camiones en algunos tramos alcanza el 42%, y sin embargo, el número de víctimas mortales en el período 2010-2012 fue de tan solo 3 fallecidos.

Por otra parte frente a la afirmación del RACC de que la medida de desviar obligatoriamente los camiones a la AP-7 no tendría “ningún coste para la Administración”, se le olvida citar precisamente a los que resultarían perjudicados por dicha medida, esto es, los transportistas, los cuales deberían desembolsar al menos 15 millones de euros adicionales a la concesionaria de la autopista.

Asimismo el desvío obligatorio de todos los camiones que en la actualidad transitan por la N-340 a la AP-7, unido a los que ahora circulan por la autopista, tendría repercusiones directas en el carácter de vía rápida que define precisamente a una autopista, ya que supondría multiplicar por tres la presencia de camiones que en la actualidad transitan por la AP-7, que lógicamente circulan a velocidades muy inferiores a la de los turismos, lo que disuadiría a los particulares a circular por la autopista al quedar mermada una de sus principales ventajas que presenta frente a la carretera convencional.

Mañana martes 15 de Septiembre, Fenadismer junto con las demás asociaciones de transportistas, tienen previsto mantener una reunión con responsables del Ministerio de Fomento a fin de evaluar los resultados de aplicación del Plan voluntario de desvío de camiones a las autopistas de peaje, que se puso en marcha a finales del pasado mes de julio, con el objetivo de introducir mejoras al mismo para hacerlo más atractivo, en lo que se refiere a la propuesta de nuevas carreteras a incluir o del importe de los descuentos de los peajes, entre otros.

Fuente | Fenadismer

 

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